viernes, 6 de agosto de 2010

el origen del resiclaje

Érase una vez en una comunidad muy muy lejana, un grupo de contenedores Atristes y solitarios, porque no tenían ni nombre ni color. La gente paseaba a su alrededor y les miraban pero nadie sabía porque estaban allí y tampoco porque había tantos.

La gente de esta comunidad tiraba la basura en estos contenedores, pero nunca se habían preocupado de separar lo que tiraban. Hasta que un día los contenedores comenzaron a estar enfermos porque tenían mucha basura en su interior mezclada y hasta los seres humanos se dieron cuenta y dejaron de tirar la basura.

El jefe de los contenedores decidió hacer una reunión porque las personas necesitaban lugares donde tirar la basura, pero los contenedores tenían miedo de volver a estar enfermos, por lo que crearon un plan.

Cada contenedor decidió llamarse de una manera y destinarse a un tipo de envase o basura. Pero a los contenedores les seguía preocupando que los humanos les pudieran confundir y se preguntaban:

¿Qué podemos hacer para que no nos confundan?

Entonces, a uno de los contenedores más jóvenes se le ocurrió la idea de que se podían colorear cada uno de un color.

Los demás contenedores dijeron a la vez: ¡Qué buena idea!!!!!

De esta manera, los contenedores empezaron a tener cada uno un color y esto se lo hicieron saber a la gente de la comunidad mediante una propaganda que enviaban a sus casas que decía así:

Queridos amigos,

No queremos volver a estar enfermos por culpa de la mezcla de basura, por lo que solicitamos vuestra ayuda reciclando, hemos decidido separar la basura de la siguiente forma:

En los contenedores amarillos, podréis depositar envases de plástico y latas. En los azules, envases de cartón y papel, pero bien dobladitos, por favor. En los de color verde claro únicamente el vidrio. Y por último, en los de color verde oscuro, el resto de residuos que no tiréis en mis otros amigos contenedores.

Muchas gracias, LOS CONTENEDORES.

A partir de este momento, los contenedores comenzaron a estar muy felices y se hicieron amigos de las personas de la comunidad.

La gente contaba con ellos en todo momento a la hora de depositar la basura, y así no volvieron a estar enfermos nunca más.

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